Powered By Blogger

3 de agosto de 2006

Mi homenaje


Tumbas de víctimas en el lugar exacto de la masacre de Qana en 1996


Algunas de las figuras de los doce apóstoles, talladas sobre la tosca roca.


El horror del quebranto tras la masacre.



La desesperación en los rostros femeninos.


Autoridades libanesas orando.


Qué decir...Qué pensar...

Si sólo siento.

Siento crecer el cedro que sembré en mi jardín aunque la torpeza de una cortadora de cesped lo rebanó. Pero lo siento crecer dentro de mi.

Siento la mirada de las mujeres libaneses en mi rostro, su sonrisa, su velo musulmán enmarcando el rostro.

Siento el caótico ruido de los coches por las calles de Beirut. Siento también el pánico por las carreteras, al comprobar que los conductores adelanten por la izquierda, por la derecha, o se atraviesan ante el vehículo que circula por la vía principal haciéndolo frenar bruscamente. El que llega primero pasa. Y no ocurría nada. En Líbano se circula tácitamente. Si existen normas de circulación nadie hace caso de ellas. -¿Para qúe, me respondió el guía, para que haya accidentes....? La respuesta me dejó perpleja, pero después de viajar durante horas por todo el país me di cuenta de que en Líbano no hacen falta normas para circular.

Tampoco se necesitarían normas para convivir si el hombre actuara conforme a las NORMAS que la propia naturaleza le confirió: Respeto y amor por todo lo que le rodea.

Siento. Luego existo.

3 comentarios:

Choninha dijo...

É como dizes:


"Tampoco se necesitarían normas para convivir si el hombre actuara conforme a las NORMAS que la propia naturaleza le confirió: Respeto y amor por todo lo que le rodea."


Fico triste, morrem-me as palavras na garganta, magoam-me as imagens que vejo nos jornais e na televisão. É absurdo! É uma loucura! Para onde caminhamos se cada vez temos menos valores?! Parece que o único ainda em vigor é o valor do barril de petróleo... Mundo doido!

@Igna-Nachodenoche dijo...

Y me uno, porque existo y porque pienso.

Zénite dijo...

Sin forma, ni fisonomía, ni piedad, el terrorismo de Estado es, por el desequilibrio generado por la enorme desproporción de las fuerzas en presencia, de todos lo más condenable.

Estoy contigo, amiga.