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24 de septiembre de 2006





Domingo matinal.
Como testigo el cielo. Preñado de nubarrones.

Preñado tal vez, de tierna preñez, el blanco vestido nupcial.
Todo cabe.

Amurallado el tiempo como se amurallan las perspectivas
bajo esta lluvia que cala hasta los huesos. Como fondo el gran ojo del puente. El río reparador, río mesetario y atlántico.

Sentarse y esperar a que afloren las necesidades. De cada cual.
Cada cual con sus necesidades.

Al fin y al cabo, necesitamos cuando nos necesitan.

1 comentario:

deep dijo...

Linda a tua cidade!
Boa noite e boa semana.