


Pero ahí están, todavía, en el interior de una caja de cartón. Agendas cuotidianas del ama de casa que apuntaban las idas y las venidas, los gastos de la casa, los regalos, las fechas de cumpleaños, la asistencia a espectáculos...los viajes, las vacaciones...incluso los disgustos...
¿Por qué se dejan de contabilizar esas cosas? ¿Por qué las dejé yo...?
Tal vez, para que hoy, al cabo de los años, reciba la emoción que he recibido al ojearlas, al tocar su piel. Y sobre todo, por leer las frases que mi amiga me escribía:
"Querida Conchita: No sabes lo que me alegré cuando me dieron tu tarjeta de Navidad, creí que ya nunca te acordarías de mí, y la verdad es que no me extraña nada, porque desde el día de tu boda que ni te felicité, he vuelto a saber de tí, no sé si te creerás que te he echado de menos durante estos años, a veces pienso que eres tú la única buena amiga y querida que de verdad he tenido y en la que tantas veces confié. La verdad es que todo ha cambiado, me doy cuenta de que la vida no es como me la enseñaron en casa, todo tan color de rosa. También pienso cuando algunas veces tú me llamabas estúpida, y me he dado cuenta de que en realidad lo he sido casi siempre, pero que ya no se puede volver atrás...."
Las tardes largas de invierno están llenas de nostalgia y de recuerdos.
4 comentarios:
Gostei tanto de te ler. Mas também fiquei nostálgica! Recordar é bom mas muito espaçadamente. Acaba por colar-se uma certa tristeza às recordações.
Mando-te um beijo.
Son esa pequeñas cosas , como dice la cancion de serrat , que nos acechan detras de la puerta , y de vez en cuando salen y nos hacen recordar :) kiss
Os insondáveis momentos de recordação.
Siempre los buenos detalles nos van a dejar un oleaje de nostalgia pendiente a ser dulcemente sufrido.
Las fotos molaron muxisimo.
Saludos cordiales
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