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22 de junio de 2018

UZBEKISTÁN: SU LEGENDARIA RUTA DE LA SEDA




Algunos de los asistentes con el señor Sador Sodikov
Las modelos posando al finalizar el desfile


La Embajada de Uzbekistán en Madrid, presenta las maravillas de su país en el hotel Sancho de Madrid

La República de Uzbekistán, llamada anteriormente, Gran Bukara, se sitúa en el Asia Central. Como curiosidad, este país junto a Liechtenstein, son los dos únicos países doblemente aislados del mar porque hay que atravesar dos fronteras como mínimo para llegar al mar.

Si nos centramos en su historia, hay que saber que Uzbekistan fue parte del Imperio Samónida hasta pasar a la dinastía Timúrida.

Pero no sería hasta el  siglo XIX cuando pasó a formar parte del Imperio ruso y en 1924 se constituyó en República Soviética, conocida ya como República Soviética Uzbeka. En 1991, al desmembrarse la URSS, obtuvo su independencia.

Y así, desde estos breves apuntes históricos, intentamos saber algo más de este fascinante lugar de las mil y una noches cuajadas de estrellas y de días donde el sol deslumbra allende sus fronteras.

Precisamente, la semana pasada, tuvo lugar en Madrid, en el Hotel Sancho del Paseo de las Delicias, una presentación de los atractivos turísticos de Uzbekistán auspiciada por la Embajada que posee en España y a instancias de José Luis Lorenzo, Presidente de la UIPT, Unión Iberoamericana de Profesionales de Turismo, de la que me honro en pertenecer. A la convocatoria acudió un nutrido y selecto grupo de profesionales del turismo y de la comunicación quienes tuvieron la oportunidad de conocer algunos de los aspectos más interesantes y desconocidos de Uzbekistán.

El acto tuvo lugar en una bonita galería ajardinada del hotel Sancho y se inició con unas palabras de bienvenida por parte del Cónsul de la Embajada de Uzbekistán en Madrid, el señor Sador Sodikov quien habló, cómo no, de la famosa Ruta de la Seda donde tantas leyendas e historias se vivieron por parte de aquellos mercaderes que con sus caravanas atravesaban territorios inhóspitos sin temor a los inevitables salteadores de caminos tan abundantes en aquellas épocas. Pero fue la secretaria  de la Embajada, Alexandra Khabinnina, quien, en un perfecto castellano y apoyándose en didácticos videos, fue mostrando todos los puntos de interés que ofrece el país.

Así, los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer la historia de Uzbekistán  desde sus orígenes y circunstancias a través del devenir de tantos siglos, para comprender su esplendorosa  situación actual.

Ciudades como Samarkanda, Bujara, Jiva y Shajrisyabz, todas ellas declaradas por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, fueron mostradas al interesado auditorio con todo lujo de detalles el cual, como no podía ser de otra manera, no salía de su asombro ante tanta belleza acumulada a través de tantos siglos.

Samarkanda, que cuenta con más de 2700 años de antigüedad desde 2001 nos lleva a una encrucijada de culturas que van desde el Paleolítico tardío hasta los siglos VIII y VII antes de Cristo. Existe la creencia de que se fundó en esta época. Cabe imaginar lo que sucedió en el transcurso de este largo periodo que como consecuencia fue dejando huella para pasmo de los que se acercan a la ciudad. Samarkanda fue una de las ciudades más grandes del Asia Central y posee extraordinarios tesoros para conocer como el Raquistán, antiguo centro de las ciudades donde todavía se conservan los antiguos oficios de bordadores, grabadores, ceramistas o tallistas de la madera y del cobre. Abundan las Mezquitas, Mausoleos, Necrópolis, etc. Las ruinas de Atraiab y el Observatorio Ulugh Beg, son monumentos que no se deben dejar de visitar.

Bujara, o Bukhara, es la segunda ciudad más sagrada de la Meca. Cuenta con  3000 santuarios. En esta ciudad vive una numerosa población judía donde se asentó en la época romana. Destaca la Plaza Lyabi Khavz, que está en el centro de la ciudad. Su nombre, persa, significa: “cerca del depósito de agua”, que quiere decir que proporciona agua potable a la ciudad. Hay monumentos  importantes  como la Madrassa Nadir Devanbecoi y el Janako Nadir Devan Beguin.

Jiva, o Khiva, es la Ciudad de las mil y una noches. En esta ciudad, tal vez sea donde más se aprecia y se valora el agua. Ni una gota puede desperdiciarse. Se dice que nunca una gota de agua en el desierto fue tan preciada ni tan preciosa. 

La ciudad de Jiva atrapa por sus hipnóticos colores donde un mar de minaretes y azulejos se fijan en la retina del sorprendido viajero que no da crédito a tanta belleza. Algunos de los que han llegado hasta aquí, dicen que esta ciudad siempre había estado demasiado lejos de todo para ser considerada, durante siglos, como un preciado oasis. Las caravanas llegaban  extenuadas desde Persia y en Jiva encontraban un lugar para descansar. No es difícil dejarse llevar por la imaginación cuando nos llegan noticias de algunas de estas experiencias que nos hablan de la riqueza cultural que propiciaron aquellos  intercambios y no solo  de productos sino de costumbres y tradiciones, de historia y lenguas en las que hombres y mujeres pudieron estrechar lazos de convivencia porque no hay nada que enriquezca más al ser humano que transmitir sus experiencias vitales.

En Jiva destaca un enorme cilindro cubierto de azulejos  que se sitúa entre dos antiguas madrassas. Se trata de un minarete inacabado que estaba diseñado para ser el más magnífico del mundo musulmán. La idea era que fuera visto a cientos de kilómetros por la enemiga Bukhara, Pero al morir el Khan se quedó así, como se aprecia en la actualidad. Este minarete es uno entre más de 200 que se pueden admirar en esa ciudad de leyenda. Desde 1990 es Patrimonio de la Humanidad por ser uno de los mejores ejemplos de arquitectura árabe del Asia Central.

Shahrisabz es la ciudad natal de Amir Temur y es tan lujosa y majestuosa como Samarkanda. Fue construida por Timur y los Timuridas. Destaca su majestuoso palacio blanco  Ak-Saray y la enorme cúpula  de la mezquita Kok-Gumbaz. Este palacio se construyó a finales del siglo XIV y principios del XV bajo la dirección del propio Timur quien quiso emular o superar a los palacios y fortalezas de Samarkanda para así embellecer mucho más su ciudad de origen. Para ello reunió a los más prestigiosos artesanos de sus dominios, pero Amir Temur tuvo la desgracia de perder a su hijo a la edad de 20 años y fue tanta su aflicción que para demostrar el amor que sentía por aquel hijo erigió un mausoleo donde el lujo y el esplendor no tuvieron parangón hasta entonces.

Uzbekistán tiene mucho más que estas espectaculares ciudades, Patrimonio de la Humanidad. Posee, además, auténticas maravillas de la naturaleza  donde las vastas extensiones de los desiertos permiten realizar safaris a través de dunas interminables y sentir, al caer la noche, el brillo de millones de estrellas. Lo enormes lagos junto a montañas de más de 3000 metros como la Gran Chimgah son idóneas para la escalada y las innumerables rutas de senderismo.

Tradiciones muy arraigadas, celebraciones como las bodas donde las novias lucen elegantes trajes confeccionados con riquísimas telas en las que se aprecian bordados y filigranas realizadas con piedras e hilos de oro. Los bazares se observan por diferentes puntos de las ciudades repletos de artesanía hecha de diferentes materiales para demostrar el gusto y la profesionalidad de los artesanos.

Sin duda, la presentación de Uzbekistán por parte de la Embajada del país en España, despertó el interés de los asistentes quienes, además, tuvieron la oportunidad de degustar algunos de los platos tradicionales hechos a base de arroz, carnes desgrasadas, frutos secos y verduras frescas. Además de las exquisitas empanadillas. Todo ello regado con sabrosos vinos.

Como colofón, un espectacular desfile de la moda de Uzbekistán donde unas bellísimas modelos desfilaron con elegancia vistiendo magníficos trajes donde el buen gusto y la calidad quedó muy patente para demostrar al público que este hermoso país trabaja con eficacia respetando sus más rancias tradiciones para combinar el pasado con el presente y vislumbrar un futuro que se presenta muy próspero.



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