Algunos de los asistentes con el señor Sador Sodikov
Las modelos posando al finalizar el desfile
La Embajada de Uzbekistán en Madrid, presenta las maravillas de su país en el hotel Sancho de Madrid
La
República de Uzbekistán, llamada anteriormente, Gran Bukara, se sitúa en el
Asia Central. Como curiosidad, este país junto a Liechtenstein, son los dos
únicos países doblemente aislados del mar porque hay que atravesar dos
fronteras como mínimo para llegar al mar.
Si
nos centramos en su historia, hay que saber que Uzbekistan fue parte del
Imperio Samónida hasta pasar a la dinastía Timúrida.
Pero
no sería hasta el siglo XIX cuando pasó
a formar parte del Imperio ruso y en 1924 se constituyó en República Soviética,
conocida ya como República Soviética Uzbeka. En 1991, al desmembrarse la URSS,
obtuvo su independencia.
Y
así, desde estos breves apuntes históricos, intentamos saber algo más de este
fascinante lugar de las mil y una noches cuajadas de estrellas y de días donde
el sol deslumbra allende sus fronteras.
Precisamente,
la semana pasada, tuvo lugar en Madrid, en el Hotel Sancho del Paseo de las
Delicias, una presentación de los atractivos turísticos de Uzbekistán
auspiciada por la Embajada que posee en España y a instancias de José Luis
Lorenzo, Presidente de la UIPT, Unión Iberoamericana de Profesionales de
Turismo, de la que me honro en pertenecer. A la convocatoria acudió un nutrido
y selecto grupo de profesionales del turismo y de la comunicación quienes
tuvieron la oportunidad de conocer algunos de los aspectos más interesantes y
desconocidos de Uzbekistán.
El
acto tuvo lugar en una bonita galería ajardinada del hotel Sancho y se inició con
unas palabras de bienvenida por parte del Cónsul de la Embajada de Uzbekistán
en Madrid, el señor Sador Sodikov
quien habló, cómo no, de la famosa Ruta de la Seda donde tantas leyendas e
historias se vivieron por parte de aquellos mercaderes que con sus caravanas
atravesaban territorios inhóspitos sin temor a los inevitables salteadores de
caminos tan abundantes en aquellas épocas. Pero fue la secretaria de la Embajada, Alexandra Khabinnina, quien, en un perfecto castellano y apoyándose
en didácticos videos, fue mostrando todos los puntos de interés que ofrece el
país.
Así,
los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer la historia de Uzbekistán desde sus orígenes y circunstancias a través del
devenir de tantos siglos, para comprender su esplendorosa situación actual.
Ciudades
como Samarkanda, Bujara, Jiva y
Shajrisyabz, todas ellas declaradas por la Unesco Patrimonio de la
Humanidad, fueron mostradas al interesado auditorio con todo lujo de detalles
el cual, como no podía ser de otra manera, no salía de su asombro ante tanta
belleza acumulada a través de tantos siglos.
Samarkanda, que cuenta con más de 2700 años de antigüedad desde
2001 nos lleva a una encrucijada de culturas que van desde el Paleolítico
tardío hasta los siglos VIII y VII antes de Cristo. Existe la creencia de que
se fundó en esta época. Cabe imaginar lo que sucedió en el transcurso de este
largo periodo que como consecuencia fue dejando huella para pasmo de los que se
acercan a la ciudad. Samarkanda fue una de las ciudades más grandes del Asia
Central y posee extraordinarios tesoros para conocer como el Raquistán, antiguo
centro de las ciudades donde todavía se conservan los antiguos oficios de
bordadores, grabadores, ceramistas o tallistas de la madera y del cobre.
Abundan las Mezquitas, Mausoleos, Necrópolis, etc. Las ruinas de Atraiab y el
Observatorio Ulugh Beg, son monumentos que no se deben dejar de visitar.
Bujara, o Bukhara,
es la segunda ciudad más sagrada de la Meca. Cuenta con 3000 santuarios. En esta ciudad vive una
numerosa población judía donde se asentó en la época romana. Destaca la Plaza
Lyabi Khavz, que está en el centro de la ciudad. Su nombre, persa, significa:
“cerca del depósito de agua”, que quiere decir que proporciona agua potable a
la ciudad. Hay monumentos importantes como la Madrassa Nadir Devanbecoi y el Janako
Nadir Devan Beguin.
Jiva, o Khiva, es la Ciudad de las mil y una noches. En esta
ciudad, tal vez sea donde más se aprecia y se valora el agua. Ni una gota puede desperdiciarse. Se dice
que nunca una gota de agua en el desierto fue tan preciada ni tan
preciosa.
La
ciudad de Jiva atrapa por sus hipnóticos colores donde un mar de minaretes y
azulejos se fijan en la retina del sorprendido viajero que no da crédito a
tanta belleza. Algunos de los que han llegado hasta aquí, dicen que esta ciudad
siempre había estado demasiado lejos de todo para ser considerada, durante
siglos, como un preciado oasis. Las caravanas llegaban extenuadas desde Persia y en Jiva encontraban
un lugar para descansar. No es difícil dejarse llevar por la imaginación cuando
nos llegan noticias de algunas de estas experiencias que nos hablan de la
riqueza cultural que propiciaron aquellos intercambios y no solo de productos sino de costumbres y
tradiciones, de historia y lenguas en las que hombres y mujeres pudieron
estrechar lazos de convivencia porque no hay nada que enriquezca más al ser
humano que transmitir sus experiencias vitales.
En
Jiva destaca un enorme cilindro cubierto de azulejos que se sitúa entre dos antiguas madrassas. Se
trata de un minarete inacabado que estaba diseñado para ser el más magnífico
del mundo musulmán. La idea era que fuera visto a cientos de kilómetros por la
enemiga Bukhara, Pero al morir el Khan se quedó así, como se aprecia en la
actualidad. Este minarete es uno entre más de 200 que se pueden admirar en esa
ciudad de leyenda. Desde 1990 es Patrimonio de la Humanidad por ser uno de los
mejores ejemplos de arquitectura árabe del Asia Central.
Shahrisabz es la ciudad natal de Amir Temur y es tan lujosa y
majestuosa como Samarkanda. Fue construida por Timur y los Timuridas. Destaca
su majestuoso palacio blanco Ak-Saray y
la enorme cúpula de la mezquita
Kok-Gumbaz. Este palacio se construyó a finales del siglo XIV y principios del
XV bajo la dirección del propio Timur quien quiso emular o superar a los
palacios y fortalezas de Samarkanda para así embellecer mucho más su ciudad de
origen. Para ello reunió a los más prestigiosos artesanos de sus dominios, pero
Amir Temur tuvo la desgracia de perder a su hijo a la edad de 20 años y fue
tanta su aflicción que para demostrar el amor que sentía por aquel hijo erigió
un mausoleo donde el lujo y el esplendor no tuvieron parangón hasta entonces.
Uzbekistán
tiene mucho más que estas espectaculares ciudades, Patrimonio de la Humanidad.
Posee, además, auténticas maravillas de la naturaleza donde las vastas extensiones de los desiertos
permiten realizar safaris a través de dunas interminables y sentir, al caer la
noche, el brillo de millones de estrellas. Lo enormes lagos junto a montañas de
más de 3000 metros como la Gran Chimgah son idóneas para la escalada y las
innumerables rutas de senderismo.
Tradiciones
muy arraigadas, celebraciones como las bodas donde las novias lucen elegantes
trajes confeccionados con riquísimas telas en las que se aprecian bordados y
filigranas realizadas con piedras e hilos de oro. Los bazares se observan por
diferentes puntos de las ciudades repletos de artesanía hecha de diferentes
materiales para demostrar el gusto y la profesionalidad de los artesanos.
Sin
duda, la presentación de Uzbekistán por parte de la Embajada del país en
España, despertó el interés de los asistentes quienes, además, tuvieron la
oportunidad de degustar algunos de los platos tradicionales hechos a base de arroz,
carnes desgrasadas, frutos secos y verduras frescas. Además de las exquisitas
empanadillas. Todo ello regado con sabrosos vinos.
Como
colofón, un espectacular desfile de la moda de Uzbekistán donde unas bellísimas
modelos desfilaron con elegancia vistiendo magníficos trajes donde el buen
gusto y la calidad quedó muy patente para demostrar al público que este hermoso
país trabaja con eficacia respetando sus más rancias tradiciones para combinar el
pasado con el presente y vislumbrar un futuro que se presenta muy próspero.
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