Varios periodistas de Castilla y
León han realizado un recorrido por la ciudad de Toro con un guía de excepción,
su alcalde, Tomás del Bien, que fue explicando
cada rincón, cada monumento, al tiempo
que fue desgranando la historia y mostrando la riqueza patrimonial de esta ciudad que se
asoma al Duero y que, en la actualidad,
pasa por un dulce momento de afluencia de público con las Edades del
Hombre. El entusiasmo y el conocimiento
de su ciudad son dos características que adornan a este joven alcalde y que
quedaron patentes ante las explicaciones pormenorizadas, tanto históricas como
arquitectónicas sobre los diferentes monumentos que visitaron. El alcalde, historiador de profesión y alumno
aplicado, habló a los periodistas de sus proyectos, de los que está acometiendo
y de los futuros; todos ellos encaminados a fortalecer los recursos que tiene
la ciudad como el del vino pero siempre enfocándolos hacia la cultura. Iniciativas no le faltan a este
Alcalde.
Los periodistas visitaron el Alcázar, bastión defensivo que marca la
fundación de la ciudad como burgo medieval a principios del siglo X. De gran
belleza, la fortaleza se encarama sobre
la gran roca, Barranco de la Vega y que ofrece una fantástica vista del río
Duero y del amplio paisaje que lo circunda. También visitaron El Hospital de la
Cruz o del Obispo, antiguamente casa de enfermos. Es de estilo renacentista y
posee un bello claustro de madera sobre
columnas de piedra con bellísimos capiteles, todos ellos diferentes. Introducirse en cada uno de estos espacios
históricos es embeberse de la propia historia de España y Toro, ciudad de
realengo, nos muestra el crecimiento sostenido y el protagonismo histórico en
estas mansiones señoriales. El Palacio de los Condes de Requena, con triple
fachada, es un ejemplo de ello donde se
mezclan los estilos gótico y morisco. Son innumerables los edificios que
embellecen las plazas y las calles de Toro.
Muy especial la visita a la Plaza
de Toros, cuya reciente restauración le ha devuelto su estética
decimonónica y el esplendor taurino del
pasado. Esta plaza, una de las más antiguas de España (1828) ha resistido el
paso del tiempo pese a haber estado a punto de derrumbarse en no pocas ocasiones.
Por fortuna se acometió a tiempo su restauración para que hoy se nos muestre
bellísima y pulcra. Hay una persona dedicada exclusivamente a este fin, a su
cuidado, limpieza y mantenimiento. En
ella, no solo se celebran corridas de toros sino también ferias del vino,
conciertos y otros espectáculos. Y en la
misma acera, con pared medianera con la plaza,
el emblemático Teatro Latorre, un teatro “a la italiana” de estilo
isabelino tardío. Está construido donde estuvo el viejo Corral de Comedias. El techo
conserva una bella pintura al óleo con medallones donde aparecen famosos
dramaturgos. Precisamente, en el frente se encuentra Shakespeare debido a que
Carlos Latorre, al que debe su nombre, cosechó grandes éxitos al interpretar sus
obras.
Toro atrae al viajero por su
historia, por su patrimonio y por sus tradiciones. Es famosa la fiesta de la
Vendimia que se celebra en estos días cuando la ciudad bulle de gente entre
carros engalanados repletos de uvas y paisanos ataviados para la ocasión. La
alegría, la música y el ambiente festivo llena la ciudad de Toro. Como ocurre con los Carnavales, uno de los
más importantes de España que se distinguen por la participación de los
toresanos, no hay un toresano que no se disfrace y por la imaginación que derrochan
al idear sus disfraces, mordaces, sorprendentes y llenos de fantasía para
regocijo de los ciudadanos apostados en las calles para ver los desfiles.
También las fiestas patronales de San Agustín o los mercados medievales son igualmente
participativos y que proporcionan a la
ciudad ambiente y economía. Se dice que los toresanos son únicos para organizar
sus fiestas y quien ha tenido la suerte de conocerlas puede dar fe de ello.
También Toro atrae al viajero por sus gentes, generosas y hospitalarias, cómo no.
Los periodistas, remataron la jornada visitando la bodega histórica del
Ayuntamiento, llena de pasadizos y recovecos que, en otros tiempos, se
comunicaban con los cientos de bodegas que existen en la ciudad. Allí mismo se
ofreció a los asistentes un vino español, cortesía de la bodega de Ramos y
Embutidos Ballesteros.
Desde estas líneas se han
esbozado unos breves apuntes para los curiosos pero nada comparable con lo que esta ciudad encierra.
El alcalde animó al grupo de
periodistas a visitar Toro con motivo de la Noche Blanca del Patrimonio y la
fiesta de la Vendimia así como los numerosos actos que con motivo de las Edades
del Hombre, ha programado el Ayuntamiento.
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