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18 de diciembre de 2024
Viaje por Albacete: Sus paisajes y sus gentes (y2)
Fábrica de Esencias.
Por la tarde nos esperaba una de las sorpresas de este viaje para conocer una destilería y taller de esencias. Precisamente, la propietaria de esta destilería “Peñarrubia del Alto Guadiana”, esa es su marca, que nos acompañaba en la comida, nos hablaba del trabajo que realizan, de las plantas que utilizan, de cómo las seleccionan, las elaboran y consiguen excelentes aceites esenciales. Hablaba con entusiasmo y amor por el trabajo que realiza y por lo que han conseguido con dedicación y esfuerzo. Nuestra sorpresa, la mía, sobre todo, fue que pensaba encontrarme con un pequeño negocio familiar, una tiendecita y poco más. Pero allí, en medio del campo, una gran fábrica de esencias dotada con la tecnología más puntera y que acoge a un importante número de trabajadores.
Precisamente, en esta zona de la Mancha abundan de forma natural las plantas aromáticas, aptas para la obtención de aceites esenciales a través de los métodos más tradicionales lo que ha convertido a esta fábrica en una de las más importantes de España.
Al finalizar la visita los integrantes del grupo tuvimos la oportunidad de participar en un pequeño taller donde pudimos elaborar nuestra propia esencia compuesta de menta, limón y lavanda. Una visita y un descubrimiento memorable.
Villarrobledo y sus tinajas.
Con un frío intenso, se había hecho de noche, llegamos a Villarrobledo para conocer su museo tinajero en el “Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera” y para saber algo de este noble oficio que convierte la arcilla que da la tierra en verdaderas obras de arte.
El museo se encuentra en un antiguo alfar y horno rehabilitado que sigue fielmente el modelo antiguo. Nada menos que cuatro siglos de experiencia convierten a Villarrobledo en la ciudad tinajera más importante del mundo. Su modo de hacer ha ido pasando de generación en generación. Por sus calles y plazas, incluso en algunas de sus rotondas, se exhiben estas extraordinarias y únicas tinajas donde se almacenaba el vino.
En el centro de interpretación el visitante puede visualizar todo el proceso de elaboración, desde que se recoge y prepara la arcilla, pasando por el modelado, secado y toda la complejidad que supone ver concluido el trabajo. El visitante se encontrará en tres espacios diferentes que le darán información sobre la elaboración de todo este proceso: en el Obrador, en la Olla de combustión y en el Horno de cocer.
Varios expositores distribuidos por las salas muestran figuras de hombres hechas de la misma arcilla rojiza, en diferentes posiciones, manipulando las tinajas ya elaboradas. En ocasiones son del mismo tamaño que ellos y algunas tan gigantescas, que para moverlas se necesitan hasta quince pares de brazos. Por eso el museo es tan didáctico y tan gráfico que con la simple visión apenas se necesita explicación. Pese a todo, el guía abundó en interesantes detalles que captaron nuestra atención.
Ya en Villarrobledo, nos impresionó su plaza mayor y la belleza de sus edificios realzados por la iluminación navideña. Nos acogió el restaurante de Mariela Castro que el pasado año ganó el primer concurso provincial de la tapa. Allí, pudimos degustar excelentes y sofisticados platos elaborados por las manos de Mariela y su esposo, una pareja rumana afincada en Albacete desde hace años.
Regresamos a nuestro hotel para el descanso. A la mañana siguiente nos esperaba Albacete, esa gran ciudad manchega, tan desconocida para muchos, todavía.
En Albacete:
El refugio.
El centro de esta ciudad acoge una oficina de turismo desde la que se accede a un refugio antiaéreo de la guerra civil española. Se conserva tal cual, incluso todavía los rótulos pintados en rojo sobre las blancas paredes de hormigón: “No aglomerarse, sigan al interior,” o “guarden el mayor orden y serenidad posible”. Hay varios pasillos, muy amplios, por donde, imaginamos, se amontonaba la gente huyendo de las bombas. Algunas fotografías de la guerra colgadas en las paredes. Un grupo de estudiantes en uno de las estancias escuchaban las lecciones de su profesor. Imaginamos que les hablaría de lo que eran los refugios y para qué se construían. Un escalofrío recorrió mi espalda.
Museo de la Cuchillería.
El Museo Municipal de la Cuchillería, es el más famoso del mundo y acoge cientos de navajas, cuchillos, tijeras, catanas, sables, espadas y objetos cortantes de los más diversos formatos y materiales. Allí, en el interior, en numerosas estanterías acristaladas se pueden contemplar verdaderas joyas.
Este museo, se ubica en un edificio muy bello, de estilo ecléctico, conocido como la Casa del Hortelano. Cuando se rehabilitó se pretendió realzar este edificio modernista y sobre todo, para acoger esta magnífica colección de cuchillos, orgullo de Albacete. Allí, se puede hacer un recorrido por la larga historia de este tipo de artesanía de la ciudad.
Además de la cuchillería se pueden ver también las bicicletas de los antiguos afiladores cuando recorrían las calles de los pueblos ofreciendo sus servicios. Una visita obligada que nos transporta a tiempos pasados, a la historia de nuestros pueblos.
Teatro Circo.
No muy lejos de allí, el Teatro Circo, único en el mundo. Este teatro está declarado como Bien de Interés Cultural. Tiene doble funcionalidad de teatro y circo más antiguo del mundo. Data de 1887 y cuenta con un aforo aproximado a las 1000 localidades. También tiene una tercera funcionalidad como ópera, siendo miembro de Asociación de Teatros, Festivales y Temporadas Estables de Ópera en España.
Nos recibió el director del teatro, don Ricardo Meléndez quien nos informó de las actividades y de los personajes que han actuado.
Llama la atención su decorado que representa a un cielo nocturno cuajado de estrellas.
Catedral
Nuestra próxima visita será la Catedral de Albacete, dedicada a San Juan Bautista. Data de 1515 cuando se comenzó su construcción sobre un antiguo templo mudéjar. Ahora su estilo es renacentista y sus exteriores conforman el neorrománico y neogótico.
Al estar situada en el centro de la ciudad es muy visitada, tanto por los oriundos como por los turistas. Está declarada Bien de Interés Cultural. En su interior alberga la venerada imagen de la Virgen de los Llanos.
Casa Fontecha.
Nuestra última visita sería para el chalet Fontecha, donde se ubica el Instituto de Estudios Albacetenses, también conocido como Casa Fontecha. Se trata de un palacete construido a principios del siglo XX y está catalogado como Bien de Interés Patrimonial. Fue una vivienda familiar aislada, obra de los arquitectos Julio Carrilero y Manuel Muñoz según proyecto de 1922. Es el típico edificio que se construía la sociedad burguesa acomodada a principios del siglo XX.
El edificio, de planta rectangular, posee una parcela ajardinada, hoy abierta al público. En su interior, se pueden ver elegantes salones con un mobiliario de la época que se conserva intacto. Llama la atención el mosaico de todas las estancias con dibujos de punto de cruz, bellísimo. El edificio tiene cuatro niveles, con una superficie de 1400 m2. Destaca una galería corrida de madera sobre el vestíbulo. En su conjunto, es de una gran belleza. Hoy realiza las tareas propias de investigación y estudio que se rigen en el Instituto de Estudios albacetenses.
La ciudad.
Y, qué decir de esta moderna y funcional ciudad. La adornan preciosos edificios, algunos modernistas, todos ellos con bellas y bien cuidadas fachadas. Posee un agradable y moderno mobiliario urbano, cuidados jardines y buen adoquinado para que la gente no tropiece. Aunque se decore con diferentes dibujos siempre están al mismo nivel. También llaman la atención sus tiendas donde se exhiben las más importantes marcas que ofrecen los mejores productos tanto en textiles como en decoración. En definitiva, una ciudad moderna y cosmopolita. Y muy bien comunicada por tren de alta velocidad.
Han sido tres jornadas muy bien aprovechadas donde hemos podido disfrutar de una zona manchega rica en paisaje, en patrimonio arquitectónico y cultural y sobre todo hemos conocido la amabilidad de sus gentes, su simpatía y generosidad. También parte de su historia.
Hay que felicitar a la Asociación de empresarios hosteleros y a la Diputación de Albacete por haber hecho posible este viaje de prensa que nos han permitido conocer lugares tan hermosos. Y hay que felicitar a todos los restauradores que nos han obsequiado con los más exquisitos manjares y los mejores vinos y aceites. Cada uno de los restaurantes que hemos visitado se merecen las más destacadas menciones y premios.
A partir de ahora, Albacete no será esa ciudad de paso, un nombre del que apenas sabía nada. Ahora, Albacete, forma parte de mi bagaje personal porque la llevo en el corazón.
GRACIAS, GRACIAS.
Concha Pelayo
Viaje por Albacete: Sus paisajes, sus gentes (1)
Han bastado tres días por la provincia de Albacete para conocer una de las zonas más interesantes de nuestra península Ibérica. Tal vez, una de las más desconocidas. Tres días donde las temperaturas no han pasado de los cero grados, pero que el calor de sus gentes, sus atenciones y generosidad las hicieron olvidar.
Nos recibe Silvia Rodenas, nuestra eficiente guía y protectora. El bus que nos conducía a Villarrobledo nos iba mostrando viñedos bien cuidados a un lado y otro de la carretera. El paisaje manchego es infinito, da la sensación de que nunca se acaba, pero allá, en lontananza, se besan cielo y llanura, ese mar de tierra rojiza que contrasta y compite con el azul intenso del cielo.
La primera parada es en La Roda, en el Restaurante Los Morunos, que ha sido premiado recientemente con un “solete” por la Guía Repsol. Nos dimos cuenta inmediatamente de lo merecido del premio a tenor de los exquisitos platos que degustamos; todos ellos de la más alta calidad y elaboración.
A continuación, y siempre admirando el paisaje manchego, continúa nuestro periplo hasta llegar al que sería nuestro alojamiento, en Casa Lorenzo, un confortable hotel y con muy buena calefacción, cosa muy de agradecer por el frío reinante en el exterior. Casa Lorenzo tiene una excelente cocina a la que hay que alabar en todo momento. La calidad de los productos y la magnífica y novedosa elaboración son merecedores de cualquier premio gastronómico. Sería muy largo de describir los diferentes platos que degustamos.
Finca La Jaraba
Tras la magnífica comida, y con buen ánimo, nos dirigimos a la Finca de la Jaraba donde sus propietarios, a base de imaginación y trabajo, han conformado un emporio industrial en el que la lana, la leche y el vino son protagonistas. El propietario, un joven empresario, que ha aprendido todo de su padre, nos mostró con orgullo su empresa, y de cómo su progenitor, con lógica e intuición, le ha enseñado todo lo que hay que saber para que siga la misma filosofía empresarial y el éxito continúe. Mientras hablaba se notaba ese orgullo legítimo de pertenencia a un grupo muy consolidado, a una empresa familiar que ha atravesado fronteras. Son varios los países donde exportan sus productos. Todo ello lo heredará su único hijo, un niño de siete años que ya le pregunta a su papá por las ovejas o por “cómo ha ido el vino”. Toda una lección de vida. La verdad es que salimos muy reconfortados de esta visita.
Lagunas de Ruidera
A la mañana siguiente nuestro bus nos condujo a las Lagunas de Ruidera. Un día gélido y luminoso para que, sobre la superficie de sus aguas, se elevaran, a modo de estalagmitas, finos hilos de niebla que daban la sensación que emergían de un agua hirviente. Pero no, sólo era debido a un maravilloso efecto visual. El agua debía de estar heladora.
Rodábamos por la carretera admirando este singular paraje mientras las lagunas iban apareciendo majestuosas ante nuestros ojos, hasta llegar al centro de interpretación. Allí una excelente guía en una disertación magistral, nos informó del comportamiento del Guadiana, que emerge y desaparece a merced de la lluvia; si ésta es abundante o escasea. Así fueron formándose las famosas Lagunas, que algunos ignoran que las mismas forman parte del río Guadiana.
El agua que se observa en las lagunas procede de los manantiales y aportes de los arroyos y veneros que llegan al fondo de este valle del río Guadiana, como el arroyo de las Hazadillas o el Alarconcillo. Pero también las lagunas reciben importante aporte subterráneo del flujo de agua que circula a lo largo de este valle. En total, este ecosistema consta de 15 lagunas que a su vez se divide en lagunas altas, lagunas medias y lagunas bajas. Fueron 45 minutos de aprendizaje, de cómo el agua actúa dependiendo de los lugares por donde discurre y de cómo va diseñando el propio paisaje. En todo momento, nuestra guía fue respondiendo a todas las curiosidades que iban surgiendo, que no fueron pocas. Sin duda, aprendimos mucho de esta visita.
Después, in situ, pudimos comprobar la belleza de este lugar único haciendo una pequeña ruta bordeando una de las lagunas. A continuación, nos dirigimos a la Cueva de Montesinos, un lugar en el que yo había estado hace varios años pero que no llegué a entrar, por eso tenía una gran curiosidad por penetrar en su interior.
Cueva de Montesinos
Esta famosa cueva se halla situada en las proximidades de Ossa de Montiel. Un lugar mágico donde la historia nos dice que Cervantes se inspiró en esta cueva para escribir los capítulos 22 y 23 de Don Quijote de la Mancha.
Con la emoción adosada a la piel por conocer tan mágico lugar comenzamos a descender 18 metros de profundidad hacia el interior de la cueva, no sin antes colocarnos en la cabeza un casco con linterna incorporada para iluminar nuestros pasos. Comenzamos el descenso por una sinuosa escalera de firme irregular, agarrados a una gruesa cuerda. Las linternas apenas nos permitían ver. Nos deteníamos a cada paso para escuchar las instrucciones de la guía. Se trataba, más que de ver, de sentir, para que nuestra imaginación volara y se hiciera poderosa hasta percibir la presencia del Ingenioso Hidalgo y la del escritor más universal que ha dado la literatura, el gran Miguel de Cervantes. Lo demás vino a continuación. La guía nos hablaba de sueños, de imágenes que aparecían y desaparecían, de Dulcinea que reposaba sobre una roca, de Sancho, que vigilaba los pasos de su señor, o se dormía. Todo un cúmulo de escenas que nos venían a la memoria al recordar nuestras lecturas quijotescas. Fue una visita llena magia y de sentimientos. La guía fue para nosotros un hada que emergió de las mismas entrañas de las rocas y nos cautivó a todos con su voz y sus palabras. Cuando, por fin, uno tras otro salimos a la luz tomamos aire y respiramos hondo. Habíamos dejado atrás 45 metros de fondo y 59 metros de anchura, pero, sobre todo, habíamos dejado atrás un mundo de fantasía y algo de nuestra infancia perdida que pudimos recuperar: Un sueño.
El almuerzo, a continuación, en el Restaurante Moreno en las Lagunas de Ruidera, momento para comentar animadamente las impresiones de la mañana, que fueron muchas y sustanciosas.
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