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22 de septiembre de 2006





Se cree el otoño que ha llegado y, como asíduo, ha pasado desapercibido.
No ha sido así. El otoño ha barrido las últimas briznas de polvo del verano y un desasosiego impregna el alma errante.

El otoño empuja con fuerza ante esta resistencia del tiempo que se empeña en detenerse, como se detienen los siglos en las quejumbrosas paredes, en el cubo milenario por donde se filtra el viento.

Es ahora, ante el inminente invierno de la vida, cuando cunde el desasosiego existencial, esa ansiedad que turba la respiración al caer el día, acaso al levantarse, al abrir los párpados y percibir que una lágrima furtiva resbala.

Esas calles otoñales se llenan de silencio, de pasos lentos, de ancianos yermos, cuya existencia es pasado sin futuro. Ancianos silentes, lacrimosos, extraños, extrañados ante la aparición del otoño más largo y pronunciado. Más desasosegado.

6 comentarios:

Peggy dijo...

Da gusto el otoño en las ciudades pequeñas o los pueblos , tiene otro sabor .......las metropolis lo ahogan todo , salvo en los parques o calles poco transitadas , lo demas es puro stress sin estaciones .un kiss:)

Concha Pelayo/ AICA (de la Asociación Internacional de Críticos de Arte) dijo...

Pues no lo creas Peggy. Las ciudades pequeñas suelen ser muy estresantes. Mucho. No tienes idea de lo que estresa ir por la calle y reconocer a la gente, casi con nombres y apellidos.

Y mientras eso ocurre, se va ocupando tu mente con cosas banales. ¿Comprendes?

Es mucho más relajante el anonimato. Mirar sin ser mirada, ver sin sentirte observada, ni juzgada.

Las ciudades pequeñas son buenas para echarlas de menos. Así, como suena.

Darkhorse1974 dijo...

Ese lugar tiene que ser hermoso.

Anónimo dijo...

Pues a mí me gusta ir por la calle y medio conocer a la gente, me hace sentir en casa. También es cierto de vez en cuando necesito escaparme y confundirme con la multitud anónima, deambular entre ellas y perderme en mis pensamientos...., en este caso me voy a una ciudad mayor...jejeje

Muy bonitas fotos

Supermamá dijo...

Yo disfruto de ambas cosas, el anónimo me atrae más por cuanto me da la oportunidad de observar tratando de reconocer através de una mirada lo que esconde el alma.
Pero aunque sea por poco tiempo si me gusta la familiaridad de los pueblos...pero solo por poco tiempo.
Un beso

Concha Pelayo/ AICA (de la Asociación Internacional de Críticos de Arte) dijo...

Veo que estamos de acuerdo amigas.
Las ciudades pequeñas son agradables temporalmente, pero hay que huir de ellas y echarlas de menos...se está una temporadita y urge salir corriendo otra vez....a respirar aires nuevos, no contaminados. Así es.