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1 de noviembre de 2006

Apenas restan quince minutos para que concluya el Día de Todos los Santos y me siento un poco aturdida, perdida y apenada y no sé por qué ilustro este post con esa imagen robada hace dos días a una calle de Madrid. Me acababan de comunicar la muerte de una amiga, no por esperada -el terrible cancer- menos dolorosa.

Mi amiga era bella, rubia, alegre, dinámica, llena de vida aunque le rondaba la muerte desde hacía tiempo. Me comunicaron su muerte por teléfono y yo no iba a estar en su entierro. Se parecía a la chica del anuncio, ya lo he dicho: bella y rubia, alegre y dinámica. Fueron muchos años de compartir sensaciones. Su último hijo y mi única hija nacieron el mismo año con apenas tres meses de diferencia. Con quince años ambos, fueron un poco "novietes". Era el 14 de febrero, día de los enamorados y mi amiga me había encontrado por la calle y me había dicho: "Hoy he salido con Manuel, -su hijo pequeño- para comprarle un regalo a tu hija.
Nos reímos ambas....y aquello pasó como pasan los primeros amores, las primeras ilusiones. Lo triste es que mi amiga seguía llena de ilusiones, incluso a sabiendas de que le quedaban muy poquitas, pero vivía la vida minuto a minuto hasta que se fue. Hace dos días. Hoy su bello cuerpo es pasto de la oscuridad y del silencio. Hoy el cementerio ha sido un devenir populoso de los que se quedan -todavía- de momento.

Descansa en paz amiga mía.

4 comentarios:

Choninha dijo...

É tão triste perder um amigo. Ficamos com a sensação de que a vida não é justa.

Luis Amézaga dijo...

Doblan las campanas.

Peggy dijo...

Es triste la ausencia de los que aprecias ....tan solo pensar que estaran mejor ....un beso , amiga

Antona dijo...

D.E.P
salu2