La Naturaleza fue espléndida y generosa en este espacio de la cornisa cantábrica pero, como todo lo que vale cuesta, el acceso a ella tuvo que resolverse a lo largo de los siglos gracias a la tenacidad y a la inteligencia de sus hombres para que hoy, cualquier rincón, por muy inescrutable e inaccesible que pareciera, haya podido conquistarse.
Han sido cuatro días de perigraje intenso por lugares de ensueño. La Cueva del Castillo en la que se contemplan 20.000 años del Arte Paleolítico en un paseo subterráneo de apenas 750 metros, para encontrarnos con pinturas rojas, amarillas o negras, grabados de diferentes tipos que representan animales, complejos signos o formas de miembros, como manos, una constante que se repite a lo largo de todo el recorrido para comprender que el hombre primitivo confería una importancia fundamental a su mejor herramienta.
En el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, un territorio de tierra rojiza, parcialmente cubierto por abundante vegetación, el oso ibérico, el rinoceronte, la cebra o el gorila, conviven en perfecta armonía como ejemplo de lo que el hombre puede desarrollar con inteligencia. Fue Hormaechea, injustamente denostado en su momento, el artífice de este espacio creado artificialmente, hoy s uno de los lugares más celebrados y visitados de Cantabria. Todo llama la atención durante el recorrido, pero el punto exacto donde aparecen los gorilas es donde el hombre más se extasía y permanece, tan atrayente le resulta ver los gestos y movimientos de sus antecesores.
El recorrido por las localidades de Suances, San Vicente de la Barquera, Comillas, bellísima ciudad, donde se pueden admirar la suntuosa Universidad Laboral de un esplendoroso gótico, o el Capricho de Gaudí, hoy lujoso restaurante, inmerso entre gigantes árboles y extensos prados
Arquitectura y paisaje, gastronomía y formas de vida. Todo es en Cantabria, reposo y paz, progreso y evolución y un talante especial en sus gentes alegres y hospitalarias que invitan a volver y, si fuera posible, permanecer.
Si en la colina más alta de Atenas, hubo un tiempo, en que se asentaron los dioses para homenajear a la Diosa Atenea, mucho tiempo después, en Cantabria, la diosa naturaleza dispuso de sus mejores recursos para que los hombres se sintieran como dioses.
Gracias al Gobierno de Cantabria y gracias al amigo Andrés Alonso, Jefe de Recursos Turísticos, por su amabilidad y gentileza al propiciar este encuentro.